La habitación tenía una vista impresionante al mar

y era amplísima y cómoda, perfecta para descansar. El acceso a la playa era muy conveniente, aunque en algunas ocasiones se llenaba de gente. El personal era muy amable y servicial, y el bar de la piscina siempre estaba animado y con buena música.

Las vistas desde mi habitación al mar eran impresionantes, ideal para disfrutar del amanecer con una taza de café.

El trayecto desde la habitación hasta el restaurante principal era bastante largo y cansado, especialmente para quienes necesitan caminadores.

Un rincón de paraíso en Samaná

Disfruté de vistas espectaculares desde mi habitación y la amabilidad del personal fue constante. La variedad en la comida y la limpieza del hotel también fueron sobresalientes. Nunca hubo problema para encontrar tumbonas en la playa.

Sin embargo, las reservas para los restaurantes a la carta eran complicadas y el buffet, aunque bueno, podía volverse repetitivo. Además, la presión del agua en la ducha era un poco baja.

Este hotel es una gran decepcion. La playa estaba desagradable, ni me bañe, y los restaurantes parecian cerrados, como un mal chiste. Ademas, esperaba un trato especial y solo me dieron la habitacion mas alejada, como si fuese una invitada de segunda. Casi escribo una buena reseña, pero no pude.

Check-in rápido y servicio amable.

La habitación tenía un baño muy pequeño, pero las vistas eran impresionantes.

el hotel está situado en un acantilado con vistas impresionantes y se accede fácilmente a todas las áreas, incluyendo la playa y las piscinas. el personal es amigable y atento, siempre listo para ayudar. la experiencia gastronómica es deliciosa, con un buffet que ofrece diversidad y platos frescos.

los horarios de servicio podrían ser más delimitados ⏰.

El hotel bahia principe grand cayacoa, todo incluido es increíble. Las vistas son espectaculares, especialmente desde las habitaciones con vista al mar. La atención del personal es excepcional, siempre amables y atentos. Disfrutamos de bebidas personalizadas en el bar de la piscina y la comida es variada y deliciosa.

100% recomendable

disfruta de vistas espectaculares y un acceso sin obstáculos en un paraíso

Mi familia y yo pasamos cuatro noches en el Bahia Principe Grand Cayacoa, y la experiencia fue absolutamente mágica. Desde el momento de nuestro check-in, la atención fue impecable y cálida. La habitación con vista al mar era amplia y súper cómoda. ¡dormí como un bebé! La comida fue deliciosa, siempre había una variedad para elegir y la calidad era sorprendente. Me enamoré del bar junto a la piscina, donde nunca faltaron las tumbonas ni los refrescos. Pero lo más asombroso fue que el acceso a la playa y a todas las instalaciones era perfecto para personas en sillas de ruedas, ¡una comodidad total! Sin duda, regresaremos a este hermoso lugar.

Vistas espectaculares dende a habitación e atención exquisita do persoal, sempre con boa onda. A comida variada e deliciosa, pero a praia un pouco pequena para pasear. Ideal para relaxar e desfrutar da tranquilidade. Repetiría sen pensar!

Disfrutamos de unas vistas impresionantes desde nuestra habitación, lo que hacía que cada mañana comenzara de manera mágica. El personal siempre fue amable y servicial, especialmente en el bar de la piscina, donde disfrutamos de unas deliciosas bebidas. La cena romántica en el gazebo fue una experiencia absolutamente fantástica con un menú prefijado que recomendamos encarecidamente para ocasiones especiales.

La música de la noche a veces era un poco ruidosa.

La habitación tenía una vista impresionante al mar. Era amplísima y súper cómoda, ideal para descansar. La cama era gigante, dormí genial. El baño estaba bien, pero podría ser un poco más grande. Lo que realmente me encantó fue que todo estaba muy limpio y ordenado, sin ningún insecto. Además, la automatización del balcón con aire fue un gran toque. Altamente recomendable si buscas comodidad y vistas espectaculares.

Las vistas desde la habitación eran impresionantes, especialmente el balcón que daba a la piscina y a la bahía. La piscina tiene un diseño magnífico, ideal para disfrutar de una buena bebida mientras descansas.

El mobiliario en la habitación dejaba mucho que desear, con muebles viejos y un baño diminuto con cortina en la bañera. La cena en el bufé resultó ser una decepción, con una calidad de comida que no cumplió con las expectativas y mucha repetitividad, además, el proceso de reservación para los restaurantes a la carta fue un verdadero reto, ya que solo te permitían una reserva, lo cual resulta insuficiente.

vistas impresionantes desde la habitación

limpieza diaria, variedad de comidas

wifi limitado